5 Poemas cortos, de amor (2)

1. RIMA XVII - Gustavo A. Bécquer
2. Celos - Francisco Villaespesa
3. Castidad - José M. Benitez
4. Deseo - Ernesto R. Ahumada
5. Décima - Pedro Calderón de la Barca





RIMA XVII - Gustavo A. Bécquer

Hoy la tierra y los cielos me sonríen;
hoy llega al fondo de mi alma el sol;
hoy la he visto..,
la he visto y me ha mirado...
¡Hoy creo en Dios!





Celos - Francisco Villaespesa

Al saber la verdad de tu perjurio
loco de celos, penetré en tu cuarto…
Dormías inocente como un ángel,
con los rubios cabellos destrenzados
enlazadas las manos sobre el pecho
y entreabiertos los labios…

Me aproximé a tu lecho, y de repente
oprimí tu garganta entre mis manos…
Despertaste… Miráronme tus ojos…
¡Y quedé deslumbrado,
igual que un ciego que de pronto viese
brillar del sol los luminosos rayos!

¡Y en vez de estrangularte, con mis besos
volví a cerrar el oro de tus párpados!





Castidad - José M. Benitez

Tenía la melena corta,
la frente altiva,
la mirada absurda.

Era por la melena rubia
y enérgica joven leona de nubia...

Y en el seno arisco latía una invitación al mordisco.
En su organismo ardía una vasta sensualidad;
más la hembra era casta.

Y murió de belleza. Amó tanto su cuerpo a lo impuro reacio,
que lo dejó escondido en la montaña rosa de topacio.

¡Se ahorcó!

El bosque tuvo gravedad de palacio y cuentan que hubo
lagrimas de oro en las orejas tibias del espacio.





Deseo - Ernesto R. Ahumada

Yo no quiero besar tu linda boca
porque anhele las mieles de tus besos;
quiero besarla, porque me provoca,
retándome a nerónicos excesos.

Sé muy bien que tu quieres, niña loca,
saborear lujuriosos embelesos;
me lo dice tu cuerpo, que provoca
retándome a nerónicos excesos.

Y como es natural, a mi me toca
saciar esos deseos que en ti están presos,
no apurando las mieles de tus besos,
sino entregados, como en fiebre loca,
a brutales, gnómicos excesos.





Décima - Pedro Calderón de la Barca

Esa seda que rebaja
tus procederes cristianos,
obra fue de los gusanos
que labraron su mortaja.
También en la región baja
la tuya han de devorar.
¿De qué te puedes jactar
ni en qué tus glorias consisten
si unos gusanos le visten
y otros te han de desnudar?